lunes, 22 de junio de 2009

Y el fin de semana pasó (I)

Y de qué manera. El viernes empezamos con la cena con los padres de los compañeros de mi hija, todo ello después de un día laboral bastante duro. Empezamos con unas cañitas de camino al restaurante y una vez allí cenamos bien y con buen vino. (Unas setas al queso de Valdeón, pulpito, entrecots, solomillo...¡¡ bien !!).
Tras la cena y el chupito con el café, nos trasladamos a zonas apropiadas para tomar unas copas. Yo no se si el día de curro me pesaba mucho o qué, pero a las 2:30 de la mañana ya empezaba a sentirme pesado y cansado. Así que a las 3 de la mañana junto con otro padre decidí retirarme a dormir. Si a las 3:30 me metía en la cama a las 7 de la mañana abría los ojos, ¡¡ Qué calor hacía !! me levanté, abrí la terraza del salón y en el sofá me pude relajar, que no dormir, un par de horas.
A la hora del aperitivo me fuí para Villasinta, a la finca de Toño y Inma donde estaban mi mujer y mi hija, ibamos a comer y pasar el día allí (y a tratar de relajarme para lo que me esperaba esa noche, la despedida de soltero de Oscar y que yo pensaba que no iba a aguantar, pero eso lo dejo para otra intervención posterior).
Efectivamente, así fué, pasamos un día tranquilo, y voy a dejarlo ahí. A partir de ahí, ha sido mi hija quien peor lo ha pasado ya que la noche del sábado tanto su madre como yo teníamos cena y a la pobre no le hizo mucha gracia que nos fuésemos. No dijo nada, pero el domingo estaba la pobre toda seria y con unos ojitos tristes que daba pena. Hasta esta mañana antes de llevarla al colegio no me dijo que lo que la pasaba es que no quería que su madre y yo nos fuesemos. ¡¡Pobrecita!!

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